La trova es un género musical nacido en Cuba a finales del siglo XIX. Se caracteriza por la utilización de letras poéticas y melodías que abordan temas sociales, políticos y culturales. La trova ha llegado a ser un emblema de la cultura cubana y ha influido en otros géneros musicales regionales, como el bolero y la nueva trova. Entre sus exponentes más destacados figuran Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Vicente Feliú. La trova se mantiene viva gracias a jóvenes artistas que renuevan este género con fusiones y estilos contemporáneos.
Silvio Rodríguez Domínguez, mejor conocido solamente como Silvio Rodríguez, es un músico cubano y líder del movimiento nueva trova que nació un 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de los Baños, un pueblo ubicado en un valle muy fértil en La Habana y zona fundamentalmente tabacalera, en el seno de una familia campesina. Él es ampliamente considerado el mejor cantantes folklórico de Cuba y tal vez uno de los mejores cantautores de latinoamérica. Su abuelo fue tabaquero y conoció a José Martí, cuando Silvio tan sólo tenía 12 años. Su padre, Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega, fue campesino, y siempre fue un hombre liberal y de ideas socialistas. Su madre, Argelia Domínguez León, fue peluquera. Silvio ha manifestado en diversas ocasiones que su afición por la música le viene por parte de su madre, que se pasaba el día cantando boleros y sones santiagueros. Silvio tuvo un tío que tocaba el bajo pero, desde el punto de vista musical, fue su madre la que le dormía ...
Será por tu vivienda
Hecha de ruinas y de misterios
Porque rompías la roca
Para ganarte un par de medios
O por tus tirapiedras
Los más famosos de la loma
Con la mejor horqueta
De la guayaba y duras gomas
Será por todo esto
Que mi memoria se empina a ratos
Como tus papalotes
Los invencibles, los más baratos
Y levanta en peso
Narciso «El Mocho», para ponerte
Junto a los elegidos
Los que no caben en la muerte
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
Se va a bolina la imaginación
Buena cuchilla lo picó
Una vez de tus manos
Un coronel salió brillando
Que pájaro perfecto
Cuantos colores, que lindo canto
Ninguno de nosotros
Iba a volarlo, ya se sabía
Era un encargo caro
Del que mandaba, del que tenía
Llevabas en el puño
Aquel dinero de la tristeza
Dinero de aguardiente
Del sol de Cuba, de la cerveza
Y te seguimos todos
A celebrarlo, sucios y locos
Para tí, «Carta Oro»
Y caramelos para nosotros
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
Se va a bolina la imaginación
Buena cuchilla lo picó
La gente te chiflaba
Cuando en la tarde
Subías borracho
Tu contestabas piedras
Y maldición a tus muchachos
Eras el personaje
De los trajines de tu pueblo
Eras para la gracia
Eras un viejo, eras negro
Una noche el respeto
Bajó y te puso bella corona
Respeto de mortales
Que muerto al fin te hizo persona
Pobre del que pensó
Pobre de toda aquella gente
Que el día más importante
De tu existencia
Fue el de muerte
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae
Se va a bolina la imaginación
Buena cuchilla lo picó
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae, cae
El papalote, cae, cae, cae, cae, cae, cae
Se va a bolina la imaginación
Buena cuchilla lo picó