La música romántica es un género musical que se destaca por su temática lírica y melódica, centrada en el amor, el romanticismo y las emociones. Este género abarca una amplia variedad de estilos, como la balada romántica, el bolero y la canción melódica, entre otros.
La música romántica se popularizó en la década de 1950 y experimentó un auge en la década de 1970 gracias a la popularidad de artistas como Julio Iglesias, José José, Roberto Carlos y Camilo Sesto, entre otros. A lo largo de los años, este género ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes épocas y culturas, manteniendo siempre su esencia romántica y emotiva.
En la actualidad, la música romántica sigue siendo muy apreciada en todo el mundo, y continúa siendo una forma de expresión para aquellos que desean compartir y celebrar sus sentimientos de amor y pasión.
Jorge Rojas nació en Cutral Có, Neuquén, el 4 de Marzo de 1972. Vivió allí hasta los 9 años, y luego partio junto con su familia, padres y dos hermanos tambien nacidos en Neuquén, hacia el Chaco Salteño, por asuntos laborales de su papá. Jorge termino la primaria en Santa Victoria, que era el pueblo mas cercano de donde el vivía, y la secundaria la realizó en Tartagal. La escuela estaba a 8 kilómetros de su casa, y tenía clases a la mañana y educación física a la tarde, por lo que tenía que viajar 32 kilómetros diarios en bicicleta. Aficionado a la música y al folklore, creció en una familia de cantores y poetas, por lo que desde chico fue experimentando todo el sentimiento de la música nacional. Rodeado de zambas, chacareras, vidalas y bagualas, comenzó a soñar y a cantar para su gente. Formo parte de un dúo llamado “Los del cerro” con el que participó en el Pre Cosquín. Hacía el año 1991 y 1992 participó en peñas en Cosquín, su sueño era sin ningu...
Ya no temas amarme, si tus caprichos
como una jaula,
aprisionan mis sueños,
enamorados de la distancia.
No me dejan tus besos, alzar el vuelo,
el jubiloso vuelo, hacia los cielos,
por donde andaba.
No temas que me vaya,
siguiendo el rumbo de las bandadas,
que vuelan tras el viento,
pero no logran calmar sus ansias.
Como cántaros frescos, de aguita clara,
son tus frágiles pechos, de lo que bebo,
mujer amada.
Ay, apasionada flor,
mi alado corazón,
jamás alzará vuelo.
Me atas con tu amor,
y vivo en la prisión
de tus esmeros.
Si dejaras de amarme,
será soltarme.
Y seré en los cielos,
amor de nuevo,
un pájaro errante.
Ya no temas amarme,
si soy cautivo de tus ojazos,
no ves que estoy rendido,
a la ternura que dan tus manos.
Como un lazo de fuego, tu devaneo,
atándome a tu cuerpo, me pone en celo
entre tus brazos.
No temas que me vaya,
dejando el nido que yo soñaba.
Tú eres como el árbol,
que da cobijo entre sus ramas.
La libertad que tanto busqué volando,
la tuve encadenado, a tus encantos
de cuerpo y alma.