Las rancheras son un género musical tradicional de México con un origen rural que se caracteriza por su expresión sentimental y melodramática. Este estilo musical tiene influencias de la música española, mexicana y estadounidense, y suele acompañarse de instrumentos como la guitarra, el acordeón, el violín y la trompeta.
Las letras de las rancheras suelen abordar temas como el amor, la pérdida, la nostalgia y la patria. Las canciones pueden tener ritmos alegres y pegajosos, pero también pueden ser lentas y melancólicas.
Las rancheras han sido interpretadas por muchos artistas populares mexicanos y han alcanzado la fama en todo el mundo. A lo largo del tiempo, este género ha evolucionado incorporando elementos de otros estilos como el pop y la música electrónica, siempre conservando su esencia emotiva y sentimental.
José Martín Cuevas Cobos, es un cantante, compositor y actor que nació el 28 de septiembre de 1969 en Guadalajara, Jalisco, México. A lo largo de su carrera ha interpretado rancheras, baladas, banda y pop. Significado del nombre Su nombre artístico, Pedro Fernández, fue inspirado en dos referentes de la música mexicana, como lo son Pedro Infante y Vicente Fernández. Niñez, Juventud y Vida Familiar Durante su niñez y adolescencia, Pedro Fernández era comúnmente conocido como "Pedrito Fernández". Pedro Fernández es hijo de José Luís Cuevas. Pedro Fernández esta casado con es Rebeca Garza Vargas, quien es madre de sus tres hijas Osmara, Karina y Gema Guadalupe. Pedro Fernández es hermano de José Luis Cuevas, Laura Cuevas, Eduardo, Juan, Paquito. Este último llegó a participar en algunas de las películas donde trabajó Pedro. Inicios de Pedro Fernández en la Música Desde muy joven comenzó a derrochar su talento. Su padre, José Luis Cuevas, fue quien lo ayudó e im...
Se fue siguiendo la huella
Del amo que no volvía
Tenía más de tres días
Que no quería comer
Era corriente y canelo
El perro que yo refiero
Lo llamaron fandanguero
Cuando lo vieron crecer
Qué perro, pero qué noble animal
Qué perro nunca se me ha de olvidar
Salió una noche de octubre
De allá del San Juan del río
No sintió el hambre ni el frío
A su amo quería encontrar
Llego a Queretaro lejos
Miro en San Luis las estrellas
Y un amanecer sus huellas
En matehuala dejo
Qué perro, pero qué noble animal
Qué perro nunca se me ha de olvidar
Cuando paso por Saltillo
Topo con muchos coyotes
Mato y corrió por los montes
Para su viaje seguir
En Monterrey y sabinas
Sintió que pronto lo hallaba
Cansado ya se doblaba
Pero no quiso dormir
Luego cruzo la frontera
Ventiando del otro lado
Al amo que había buscado
Hasta que al fin lo encontro
Se echo en una sepultura
Donde estaba un letrero
Aquí se encuentra un brasero
Y el noble perro murió