Las baladas de oro son un género musical romántico que se caracteriza por sus melodías suaves y sus letras emotivas. Esta expresión musical alcanzó su cima de popularidad entre las décadas de 1960 y 1990.
Las baladas de oro suelen ser interpretadas por solistas o grupos musicales y destacan por sus arreglos musicales sencillos, donde dominan instrumentos como la guitarra acústica, el piano y la percusión suave. Las letras de estas canciones versan sobre temas de amor, desamor, nostalgia y melancolía.
Entre los artistas más notables de este género se encuentran Roberto Carlos, Julio Iglesias, José Luis Perales, Camilo Sesto, entre otros. Las baladas de oro han sido versionadas y reinterpretadas en diversos idiomas y estilos musicales, lo que atestigua su influencia y perdurabilidad en el ámbito de la música romántica a nivel global.
El 10 de septiembre de 1945 en Lares, Puerto Rico, nació José Montserrate Feliciano García, conocido simplemente como José Feliciano, es un cantante de Boleros y Baladas, y un destacado intérprete de la guitarra española. A los diecisiete años José dejó la escuela, ya que su papá se encontraba sin trabajo y él quería aportar ayuda a su familia. José tocaba en cafés en Greenwich Village recibiendo como salario lo que en aquella época era costumbre pasar el sombrero. Toco en cafés, clubs desde Boston hasta Cleveland y Detroit, Chicago y Colorado. Un crítico musical del "New York Times" escribiendo sobre su participación en Gerde’s Folk City se refirió a José como “un mago de diez dedos que juguetea, corre, rueda, puntea y reverbera sus seis cuerdas de una manera incomparable ... Luego añadió: Si quieren ser testigos del nacimiento de una gran estrella, presencien al Señor Feliciano antes de que parta mañana por la noche.” Mas o menos por este tiempo, Jack S...
Alma mía, sola, siempre sola
Sin que nadie comprenda
Tu sufrimiento, tu horrible padecer
Fingiendo, una existencia, siempre llena
De dicha y de placer, de dicha y de placer
Si yo encontrara un alma, como la mía
Cuantas cosas secretas, le contaría
Un alma que al mirarme, sin decir nada
Me lo dijese todo, con su mirada
Un alma que embriagase con suave aliento
Que al besarme sintiera lo que yo siento
Y a veces me pregunto, que pasaría
Si yo encontrara un alma, como la mía
Un alma que al mirarme sin decir nada
Me lo dijese todo con su mirada
Un alma que embriagase con suave aliento
Y que al besarme sienta lo que yo siento
Y a veces me pregunto, que pasaría
Si yo encontrara un alma, como la mía